No hay título que te describa, Titán

Si no gritaste este gol podés dejar de leer esta nota pedorra e ir a www.utilisima.Coc  (de Coc-ina ja!)

“Tanta veces me mataron, tantas veces me morí, y aquí estoy resucitando”

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Qué decir de vos animal, titán de los titanes, gladiador, optimista del gol, loco, perro, ojetudo, muerto, ejemplo, goleador.. Qué decir de la persona que más amo (futbolísticamente hablando), de la persona que me hizo llorar más que El Rey León, más que Gladiador, me hizo festejar a los gritos, golpeando paredes y pateando puertas de tanta felicidad (sí, imagen nefasta si las hay, mis pobres viejos de testigo).

Se los presento, él es Martin Palermo. Nuestra relación nació en 1998, cuando se metió en el bolsillo al 99% de los bosteros. En aquel entonces yo tenía 10 años, tan identificado me sentía con ese lungo que mis ojos se clavaron inmediatamente en ese flequillo loco. Torpe, pero con gestos de calidad inhumanos, optimista y oportunista (ya no sé como clasificarlo).

Fueron pasando los goles, los partidos y los años y mi fanatismo crecía drásticamente: en los recreos del colegio YO era Martín, en clase, en cada banco escribía MP9 y al lado la cantidad de goles que llevaba en Boca (lo seguí haciendo en la facultad…), en las charlas futboleras cometía el típico error de ser poco objetivo y debía marcharme meneando la cabeza de un lado a otro para no golpear a alguno, sin entender como lo discutían, lo negaban, lo maldecían, si mojaba todos los domingos..

Me voy a quedar con uno solo de sus más de 1.457.999 logros: el 28 de noviembre de 2.000, me levanté a las 6 AM, era martes, tenía que ir al colegio para dar un recuperatorio de matemática, no fui (por que era macho) y la materia la tuve que rendir en diciembre, después en marzo y me cago en Soledad, la profesora, que seguramente nunca lea esto… Ese día me fuí corriendo a lo de Rafa, mi hermano. El partido, para los que no conocen la fecha, era Boca contra el Real Madrid en Japón, por la copa Intercontinental (el que la ganaba era algo así como el campeón del Planeta Tierra), se jugaba a las 7 de la matina… Como olvidar esos primero cinco minutos, el Titán ya había mojado dos veces, ¡pero qué locura! Le ganábamos al supuesto mejor equipo del mundo por 2-0 con goles de mi máximo ídolo..

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Es difícil retomar momentos específicos de la carrera de Martín, me detuve en la de Japón por que quizás haya sido uno de sus máximos hitos. Pero si tengo que frenar en cada momento que grité y lloré, seria una nota larga, sin dudas, muy larga. Tal vez sea su oportunismo, o quizás optimismo lo que me llame tanto la atención de este ser. Cuentan los que saben que pocos entrenamientos antes de que se retire, él iba corriendo primero, siempre primero, dando el ejemplo a los demás..

Esos detalles de profesionalismo los aplico a mi vida, y siempre lo tengo presente. Es fuerte esta confesión, pero cada vez que me veo contra las cuerdas (en todos los ámbitos de la vida) cierro los ojos, inflo el pecho y me acuerdo de Martín, me imagino segundos antes de que meta gol, en esa pelota picando, o en el aire a punto de ser cabeceada, y vuelvo a la realidad (como si apretara play y la vida continuara) para tratar de que cada momento decisivo de mi vida sea gol, gol de Martin, gol mío.

Porque en esta vida, nunca hay que bajar los brazos amigo mío y quedate tranquilo que siempre una te va a quedar.

¨Le toca a Palermo tocar el balón… ¨ – El gran Joaquín Sabina